Capítulo 32 ~

(Narra Harry)

Después de un largo día en la playa, Marina y yo nos acostamos en la cama. Estábamos agotados. Marina se quedó dormida de momento, agarrada a mí, con su cabeza en mi pecho. Yo le acariciaba la espalda suavemente y pensaba en después de tanto tiempo intentando conseguir a Marina, no la iba dejar escapar tan fácil. Pensaba en lo que sería poder vivir siempre junto a ella, en una vida a su lado. Ya no quería conocer a mas chicas en mi vida. Solo la quería a ella. Para mí.
Después de llevarme un rato pensando en lo mismo, me quedé dormido.

-Marina: Buenos días Peter. -me dió un tierno beso.
-Yo:¿Dormiste bien?
-Marina: Pues claro, teniendo a mi lado a la persona que me hace feliz cada instante como no voy a dormir bien.
-Yo: Eres perfecta. -sonreí.
-Marina: No, perfecta solo hay una persona en el mundo y ese eres tú. -me devolvió la sonrisa.

-Yo: Bueno, di lo que quieras. Ahora lo que yo piense es otra cosa. -la besé.
-Marina: Jajajajaja que loco estás Styles.
-Yo: Ah si no? - dije mientras me ponía encima de ella, pero sin echar mi peso sobre ella.
-Marina: Harry, para para. -reía mientras yo le hacía cosquillas.

De las cosquillas, pasamos a los besos, las manos de Marina recorrían mi espalda de arriba hacia abajo una y otra vez, mis manos tocaban su pelo, mientras nuestros labios se movían al compás y encajaban a la perfección. Marina me daba besos en el cuello, yo le susurraba cosas bonitas como "te quiero", "me encantas", "eres perfecta", ... al oído. Mis labios rozaban su oreja, Marina se estremecía ante esto. Tenía los bellos de punta. Eso me gustaba. Comencé a quitarle la camiseta, ella se dejó. Pero al intentar quitarle el sujetador...

-Marina: Harry, Harry... -dijo entre gemidos.
-Yo: Que.
-Marina: Para.
-Yo: Porque?
-Marina: No quiero que me pase igual que a mi prima y tampoco estoy preparada.
-Yo: Nunca hiciste esto con nadie?
-Marina: No... -dijo vergonzosa.
-Yo: No te preocupes, yo tampoco. Pero si no estás preparada no te preocupes pequeña, que hay más tiempo. -le sonreí y le di un beso en la frente.

Ella me devolvió la sonrisa y seguimos con los besos y las caricias. Al cabo de un rato, nuestras barrigas comenzaron a rugir de hambre.

-Yo: Espera aquí, que preparo el desayuno y te lo traigo.
-Marina: De eso nada, lo preparamos juntos. -dijo dándome con el dedo en la nariz.
-Yo: Yo quería hacértelo yo...
-Marina: Bueno, si te hace ilusión yo te dejo. -sonrió.
-Yo: Espera que ahora mismo vuelvo. -dije dándole un beso en la nariz y luego juntando nuestras frentes.

(Narra Marina)

Me encanta Harry y todo lo que me hacía, era el chico perfecto. Para mí en estas pequeñas vacaciones no existían las preocupaciones, estábamos totalmente aislados de la actualidad. Era un mundo en el que solo existíamos él y yo. Nadie más. Lo quería como nunca quise a nadie. Y para mí era algo imposible, yo? Marina, saliendo con Harry Styles. Eso no se lo creía nadie. Pero a mi me bastaba con que nos lo creyésemos nosotros dos. Con eso me bastaba. Sé que con Harry, todo es distinto, especial, único y diferente. Algo que no volveré a vivir en la vida y que me gustaría que durase para siempre. Con solo estos dos días que llevamos juntos ya me demostró todo lo que me quiere. Es el Peter Pan perfecto .Ese chico que aparecía en mis sueños cuando yo tan solo era una niña pequeña, ese que me llevaba a lomos de su blanco corcel, con ese con el que comía perdices y con el que vivía en una enorme fortaleza. Sí, ese era Harry Edward Styles Cox. Mi vida.

-Harry: Ya estoy aquí, Campanilla. -dijo apareciendo por la puerta en boxers, con una enorme sonrisa y una enorme bandeja llena de cosas para comer.

-Yo: Pero que bruto eres! -me levanté y le ayudé con la bandeja.

-Harry: Bueno, tu comes poco, pero yo no. -rió.

Nos sentamos en la cama con la bandeja en las piernas y comenzamos a comer. Harry comía como tres. Yo tan solo comí una tortita y unas fresas con nata. Pero no sobró nada en la bandeja. Terminamos y Harry se tumbó en la cama con los brazos abiertos. Yo seguí sentada pensando.

-Yo: Harry. -lo llamé.

-Harry: Dime.

-Yo: Vamos a la playa?

-Harry: Vamos. -dijo levantándose de la cama de un salto.

-Yo: Voy a vestirme.

-Harry: Y yo. -dijo desapareciendo por la puerta.

Me vestí, por suerte traía otra muda y otro bikini en el bolso, se me ocurrió echarlo por si acaso y me puse esto: http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=56809087

Cuando salí, Harry me esperaba en la puerta.

-Harry: Vamos? - me dijo entrelazando su mano con la mía.

-Yo: Vamos. -le sonreí.

Nos fuimos directamente a la playa. Caminamos un rato por la orilla mojándonos los pies hasta llegar hasta un muelle. Me senté en el borde del muelle, con los pies metidos en el agua y Harry estaba detrás haciendo algo. Y de repente, saltó por encima mía y cayó al agua haciendo que yo me salpicase. Pero... un momento... estaba desnudo! Comencé a reír como una  loca, estaba loco. Cuando me di cuenta ya iba nadando lejos.

-Yo: Estás loco! -le grité.

-Harry: Por tí. -me respondió gritando.

Cuando dijo esto me hizo sentirme especial, me mordí el  labio y sonreí. Me levanté, me quité la ropa, quedándome así en bikini. Y volví a la posición en la que estaba antes. Apoyé mis manos atrás y aún con las piernas en el agua comencé a tomar un poco de sol. 

De un momento a otro, alguien me agarró las piernas, era Harry. Al saber que era él volví a sonreír. 

-Harry: No te metes? -dijo apoyando sus brazos en mis piernas.

-Yo: Contigo así? -reí.

-Harry: Que pasa? Tienes algún problema tú? Si en verdad estás encantada, vamos , admítelo...

-Yo: Vale, lo admito. -dije sonrojada.

-Harry: Pero no te sonrojes mujer... Si yo también estaría encantado de que tu estuvieses así. -rió de forma picarona y se mordió el labio.

-Yo: No, Harry. No voy a hacer lo mismo que has echo tú... No soy tan atrevida como tú...

-Harry: Bueno, tu te lo pierdes.

Un silencio se apoderaba de nosotros, pero no era nada incómodo ya que nos mirábamos los dos mutuamente y sonreíamos a la vez.

-Harry: Te vas a meter ya de una vez? Venga... lo estás deseando.

-Yo: Bueno vale. -dije tirándome al agua de un salto.

Yo estaba de pie, pero Harry era más alto que yo, amí casi me cubría pero a él le sobraba. Comenzamos a darnos besos y más besos, caricias. Me cogió del culo y me subió a su cintura. Mis piernas rodeaban su torso y mis brazos su cuello, con mis manos entrelazadas en sus rizos mojados. Sus manos se situaban en mi culo, cogiéndolo con fuerza y sin ganas de soltarlo. Me bajé para hacerme una hogailla y mojarme el pelo un poco y toqué sin querer sus "partes".

-Yo :Harry, enserio como no te pongas el bañador me salgo. - le dije señalándole hacia donde estaba su bañador.

-Harry: Vale... voy. -dijo saliéndose del agua. 

Aunque por una parte su culo era una de las 7 maravillas del mundo, mientras los miraba me mordía el labio inferior. Pero... Harry me pilló. Cuando vio lo que estaba haciendo me metí rápidamente bajo agua y el se lanzó al agua a pedirme una explicación. Me sacó de debajo de agua rápidamente y salimos los dos con la cara empapada. 

-Harry: Que estabas haciendo? -dijo levantando las cejas de forma pícara.

-Yo: Mirarte, o acaso no puedo. -reí.

-Harry: Pero después dices que yo... pero tú también. -nuestros labios se rozaban, Harry en algún que otro momento dejaba de mirarme a los ojos para dirigir su mirada hacia mis labios, yo hacía lo mismo de vez en cuando.

-Yo: Pero tú eres más descarado que yo. - dije mirando como se mordía el labio al ver los míos, y no aguanté más y le di un bocado en su  labio inferior.

-Harry: Auch! Que malota te estás poniendo tú últimamente... -pero él hizo lo mismo que yo.

Después de llevarnos un rato en el agua, nos salimos, nos secamos y nos vestimos y esperamos a ver la puesta de sol. Yo acabé antes así que me senté en una silla que había allí. Su camiseta estaba en el respaldo de esta. Y yo apoyé mi espalda para que no la pudiese coger. Pero vino, me dio un bocado en la cara y hizo que yo de la risa levantara mi espalda y el cogiese la camiseta. Después de esto nos sentamos los dos donde yo estaba sentada al principio. Yo apoyada en su hombro y el con su mano echada por encíma mía a disfrutar de la puesta de sol.