miércoles, 8 de agosto de 2012

Capítulo 27 ~

(Narra Harry)

Nada más llegar a la discoteca, Marina se perdió. No sabía donde estaba. Así que aburrido de tanto buscarla decidí ir a tomar una copa a la barra. Pedí un gin-tonic. Cuando me lo estaba bebiendo observando el ambiente de la discoteca. Me dijeron.

-xXx: A ese invito yo.
-Yo: Tú quien eres? -me dí la vuelta y vi como una chica rubia de ojos verdes, sentada a mi lado, me invitaba a una copa. Yo acepté. -¿Cómo que tu pagas?


-xXx: Pues sí, pago yo. Por cierto, mi nombre es Leah y el tuyo Harry no?
-Yo: Claro, me conoces?
-Leah: Pues claro, todo el mundo te conoce, como para no conocerte. Eres el chico con la sonrisa más bonita que existe en el mundo entero.
-Yo: Muchas gracias, tus cumplidos me alagan.
-Leah: No hay por qué darlas.¿Bueno y que haces por aquí solo? -dijo dándole un buche a su ron con coca-cola.
-Yo: Solo? No, vengo con todos los chicos, las novias y dos amigas.
-Leah: Si? y donde están? -dijo buscándolos.
-Yo: Mira, ves aquel sofá de allí. -dije señalando a un sofá de un rincón.
-Leah: Si, si. -dijo convencida.
-Yo: Pues esos son Aurora y Liam.
-Leah: Pareja?
-Yo: Si.
-Leah: Y tu tienes pareja? -dijo interesada.
-Yo: La verdad es que no. Ahora mismo no.
-Leah: Me parece bien. Yo tampoco tengo. -afirmó muy convencida.
-Yo: Ah.

Un silencio un poco incómodo se apoderó de nosotros. Solo se escuchaba la música de la discoteca y la gente hablado y gritando.

-Leah: Y que te parece si salimos a bailar?
-Yo: No, gracias. Ahora mismo no me apetece.
-Leah: Anda, baila con tu amiga un ratito. -dijo poniendo morritos.
-Yo: Bueno, pero solo un rato...

Salimos a bailar en el medio de la pista. Y estuvimos un rato así. Pero cada vez con más y más copas encima.


(Narra Marina)

Entré en la discoteca, y sin que Harry me viese subí a la azotea. Le pedí al dueño de el lugar que me la dejase a mí, que era una sorpresa para un amigo. Y así fue. Me la reservó. Quería darle una sorpresa. Ya que él me llevo a su lugar favorito que no llevo a nadie, yo le quería regalar una cena a solas conmigo. Para divertirnos y poderle decir lo que sentía por él. La azotea se encontraba en todo lo alto de la discoteca. Era un lugar bastante retirado, sin gente y desde allí se veía todo Londres entero. Las barandillas eran de cristales por lo que parecía que estabas flotando. Lo preparé todo muy romántico. Lleno de velas por toda la barandilla, desde la puerta hasta la mesa donde se encontraba la cena un camino de pétalos de rosas. Y después una manta enorme, tendida en el suelo, llena de cojines de colores, muy cálida en la que cosí las iniciales de nuestros nombres "M&H". Después del día de hoy se la regalaría. Los únicos que sabían lo que le había echo a Harry eran Aurora y Liam. Ya que Aurora era mi mejor amiga y se lo contaba todo. Y con Liam me llevaba de maravilla. Él siempre era el que me daba los consejos. Una vez todo listo bajé abajo a buscar a Harry. Liam y Aurora se encontraban sentados en el sofá bebiendo y dándose algún que otro beso.

-Yo: Oye chicos, ¿habéis visto a Harry?
-Liam: Yo la última vez que lo vi estaba buscándote.
-Aurora: No, pero después se sentó en la barra y pidió un par de copas.
-Yo:Gracias chicos. -les dije sonriendo.
-Liam: Oye Marina va todo bien? -dijo giñándome el ojo.
-Yo: De las mil maravillas. -le intente giñar el ojo pero no me salía. Estos estallaron a carcajadas.

Desaparecí del panorama. Busqué a Harry en la barra, no estaba. Por toda la discoteca, tampoco. Así que el único que quedaba era la pista de baile. Me metí entre la gente para buscarlo.

(Narra Harry)

Leah y yo pasamos las horas metidos entre la gente bailando. Yo estaba un poco mareado. No tanto como otros días pero ya había bebido demasiado. Lo mejor sería dejarlo.

-Leah :Vamos Harry otra más! -dijo dándome otro baso con alcohol.
-Yo: No, ya no quiero nada más! No quiero ponerme peor de lo que estoy. -dije sabiendo lo que decía.
-Leah: Bueno, vale. Pero que conste que no has bebido nada. Y no estás ni mareado ni nada. -dijo sonriéndome.
-Yo: Ya. -dije devolviéndole la sonrisa.

Pusieron una canción lenta.

-Leah: La bailamos? -dijo tirandome del brazo hasta el medio de la pista.
-Yo: Bueno, si tanto insistes. - llegamos a la pista me puso mis manos sobre su cintura y colocó sus manos sobre mi cuello.
-Leah: Bailas de maravilla. -dijo mirándome a los ojos.

Me limité a sonreirle. No hacía más que buscar y buscar a Marina, levantar la cabeza entre la gente, ponerme de puntillas para ver si podía verla. Y de pronto, Leah agarró mi barbilla y pegó sus labios con los míos. No sé lo que me pasó que me deje llevar. Sería el mareo de el alcohol.

-xXx: Harry? - me giré para ver quien me llamaba, era Marina con los ojos llenos de lágrimas.
-Yo: Marina? -ya era demasiado tarde, Marina salió corriendo.

No lo dudé dos segundos y salí corriendo tras ella. Vi como subía por unas escaleras hasta arriba.

-Leah: Harry, Harry! -dijo Leah desde lejos.
-Yo: Que te zurzan! -dije mientras corría hacia donde había ido marina.

Subí las escaleras. Cuando llegué era demasiado tarde. La puerta que quedaba estaba cerrada. Marina estaba apollada sobre ella. Podía escuchar el llanto desesperado de ella detrás de la puerta.

-Yo: Marina, si me escuchas. Solo quería decirte que lo siento. Que no quiero hacerte llorar que es lo último que quiero hacerte en este mundo. El simple hecho de pensar que estás llorando por mi culpa me pone malo.  Yo no la besé fue ella a mí. De verdad. Siento mucho todo esto. Espero que algún día me puedas perdonar. Que no sé si me estarás escuchando o no. Pero quería decirte que te quiero. Que esto que siento por tí jamás lo e sentido por otra persona. -en ese momento tenía una mano apoyada en la puerta y otra en mi pecho. Con la cabeza agachada. -Y no e estado contigo esta noche porque no te e visto. Te perdiste, te e buscado y no te encontraba. Porque eres la única que me ha enseñado a creer en el amor, eres la que me enseñó a olvidarme de mis defectos, eres tú la que me dijo que no me rindiera y apostó por mí hasta el último momento, eres tú la que ha estado ahí en todo, lo malo y lo bueno, eres la única persona que me dice que sonría mientras lloro. Porque eres la única a la que quiero.

En ese momento la puerta se fue abriendo poco a poco. Yo puse mis brazos en la posición normal. Levanté la cabeza y vi a Marina, con todo el rimel corrido de tanto llorar. Entré y vi todo aquello, todo lo que había preparado esa noche para nosotros, ahora comprendí el porque no estaba. Estaba preparando esto tan especial, se me escaparon algunas lagrimillas. Y sin pensármelo dos veces me abrazó fuerte.

-Yo: ¿esto significas que me perdonas?
-Marina: Claro.

Nos llevamos un rato abrazados sin decirnos nada. Solo disfrutando el uno de el otro. Ninguno de los dos quiso decir nada de lo que yo le había dicho a Marina. Nos sentamos a cenar. Tuvimos una conversación muy amena, ya que a los dos se nos olvidó el mal rato que pasamos antes. Cuando terminamos de cenar. Marina se levantó y se apoyó en la barandilla mirando al horizonte. Yo desde la mesa la miré, me levanté  y me puse a su lado. Yo hice lo mismo que ella miré el horizonte. El silencio nos corroía.

-Yo: ¿En que piensas? -pregunté.
-Marina: En todo lo que me has dicho antes...
-Yo: Lo siento, quizás tu no...
-Marina: Shh, calla. -me interrumpió.
-Yo: ¿Porqué?
-Marina :Porque es la cosa mas bonita que me dijeron en toda mi vida. Y encima me la dijo de el chico de el que estoy enamorada desde la primera vez que lo vi. -me  dijo mirándome a los ojos y sonriéndome.
-Yo: Enserio? -se me iluminaron los ojos.
-Marina: Totalmente cierto. No sabes cuanto estaba esperando que saliera de tu boca un te quiero dirigido a mí.
-Yo: Pues e estado esperando mucho tiempo para decírtelo..
-Marina :Pues ahora que me lo as dicho nunca pares de decírmelo. -sonrió.
-Yo: Marina. -dije agarrándola de las manos y acercándome a ella.
-Marina: Que. -pego su frente contra la mía.
-Yo: Te quiero.
-Marina: Yo también.

Marina se puso de puntillas y juntó sus labios contra los míos. El beso fue lento, pero a la vez tierno y dulce. Un beso que ella y yo llevábamos esperando durante semanas. Detrás del beso la agarré por la cintura y ella me agarró de las manos, apoyé mi barbilla en su hombro y disfrutamos de aquel paisaje tan bonito. Nos tumbamos en aquella manta tan fenomenal que había echo mi pequeña. Con nuestras iniciales eso me encantaba. Finalmente caímos rendidos los dos ante el sueño. Y aquella noche nos quedamos a dormir en esa azotea los dos juntos. Ella sobre mi pecho. Entrelazando nuestras manos.



2 comentarios:

  1. Donde consigues esas imágenes ??? Estoy escribiendo una historia en Wattpad y ninguna imagen cuadra con la descripción de la protagonista

    ResponderEliminar